miércoles, 16 de octubre de 2013

La generación idiota…..la generación del mañana

por B. Varglez


Tengo una severa fijación con el transporte público, pero es que ahí es donde se descubren y se observan un sin número de temas que se agolpan en la cabeza, con los tantos y tantos escenarios que se presentan.


Y sí, el que vaya lleno me trae varias ideas a la cabeza, una de ellas que ya somos un chingo de mexicanos; no estoy idiota, sé que ya lo saben, pero es que es impresionante cómo parecemos marea, sobre todo en horarios de las siete de la mañana a las nueve y media, o bien de las seis de la tarde a las ocho de la noche; somos mareas de ciudadanos luchando por llegar a los centros laborales o bien luchando por el regreso a nuestros hogares.


Somos grandes hordas, donde los orcos en El Señor de los Anillos me cae que se quedan pendejos, porque también hay cada hijo de puta malparido (disculpen lo burdo del vocabulario) que se gana a pulso las mentadas de madre, primero porque no tienen educación, les vale madre y ahí si aplican la equidad de género mientan, golpean y taclean con singular alegría. El problema: la educación y la poca tolerancia que hoy en día, casi nadie tiene o si la tuvo ya se le olvidó.


El mejor culpable es el estrés, acompañado de las preocupaciones que no nos dejan ni a sol, ni a sombra, y, claro, el estrés y le añadiría yo también el sin número de embarazos de jóvenes que no saben ni limpiarse la leche pero ya quieren sacarla.


Lo siento, aquí las cosas como son. Pero, bueno, estábamos en la educación; no voy hablar de lo mala que es en las escuelas públicas, todos, absolutamente todos lo sabemos, y sí, no es culpa directa de los profesores, ya que ellos se tienen que acatar a un programa que da la eficiente Secretaría de Educación Pública (es tan profunda en sus programas como charco de agua).


En fin, que muchos padres aún tienen la idea de que las escuelas son guarderías y los maestros niñeras teniéndose que hacer cargo de sus hijos por cuatro o cinco horas, nomás porque no tienen un lugar mejor donde dejarlos. Pues no, las escuelas no tienen la obligación de terminarles de criar el hijo a ningún hijo de puta, las escuelas se supone deben dar la formación para la vida profesional.


Muchos padres que tal vez no quisieron serlo no les dan a sus hijos en su casa la formación de verdad, porque no basta con que se la pasen leyendo todo el día. Conozco varios “intelectuales” que sí están listos para dar cátedra y son todos unos cerebros, pero eso no les quita lo patanazos y nacos (con nacos me refiero a persona fuera de lugar en una situación, y nada tiene que ver con la apariencia física ni con el origen), porque no saben comportarse o que andan ahí de payasos defendiendo los derechos humanos, pero a veces son los que más los pisotean.


Los problemas aparte del tema educativo y de valores recaen en que los padres, en su mayoría (y no generalizo, aclaro), tienen una enorme apatía por lo que sus hijos hacen o dejan de hacer, porque hay cosas más importantes que ver en qué andan sus hijos; tienen la idea de que con darles un computador, una tablet, celular, ropa y dinero cubren todas sus necesidades y no se dan cuenta que sólo están formando generaciones idiotas para el mañana.


Todos bien sabemos que los adolescentes de entre 15 y 18 años sólo se sientan frente a la computadora para chatear, entrar a música, páginas porno y son sólo ejemplos de toda una gama de opciones que hay para perder el tiempo, y lo peor es que ya no son sólo los adolescentes de 15 años, ya también sucede con los niños de primaria y secundaria.


Lo más paradójico es que muchos padres se preguntan: ¿Qué le estará pasando a mi hijo que va mal en la escuela, que se ve triste, que no come?, cuando la respuesta la tienen muchas veces frente a sus narices, pero no la pueden o no la quieren ver, empezando porque ellos mismos son proveedores del resultado de las acciones de un niño, como aquél que no se para temprano y la madre se pregunta por qué, pues porque se queda hasta las dos de la mañana chateando y nadie, ni mamá ni papá, tuvo la decencia de recogerle la laptop para que el crío no se distraiga y se duerma.


El otro día, en un centro de terapia infantil, me tocó ver a varios niños y niñas que ni jugaban, ni interactuaban entre ellos, “niños ricos” metidos en sus tabletas; sólo dos que eran hermanas hablaban de todos los gadgets que ya tenían y de los que les faltaban. Bueno, hablaban de cosas que yo ni entendía. Como dicen: "los niños ya no vienen con torta bajo el brazo, vienen con chip".


Se quejan de la obesidad infantil, pero las soluciones nadie las dice, porque nadie está dispuesto a llevar a su hijo a jugar todas las tardes al jardín o a que practique algún deporte; es más fácil darle un play o descargarle los juegos de moda en la computadora y tenerlo ahí por horas y horas. Nos quejábamos de la caja idiota que era la televisión, pero ahora las cajas idiotas vienen empacadas por Apple, HP, Acer y varias marcas más. Lo malo es que todos y todas queremos una y la mejor.


Será que algunos ya estamos chocheando, pero yo sí extraño los parques llenos de niños brincoteando y dando lata a lo bestia. Siempre será mejor ver niños sanos que gritan y corren, a ver niños neuróticos si se les acaba la pila del celular, si se les acaba la memoria y están en su juego favorito, si se va la luz y están chateando.


Si tú eres padre, date un tiempo para observar a tus hijos, ver sus problemas, lo que necesita, con quién habla, quiénes son sus amigos y no lo llenes de objetos, muy funcionales (nadie lo niega), pero fríos como hielo. Edúcalos, dales valores, enséñales a querer a la naturaleza, dales una vida de niños, que de adultos ya tendrán mucho, mucho tiempo para estar metidos en el tráfico y esclavos de un teléfono y una computadora. Date y dales un chance de tener una infancia mejor que la que hoy en día se ofrece. La escuela hace una parte, tú no evadas y haz la tuya.

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