jueves, 12 de septiembre de 2013

Cuándo

Por: David Romero.

Cuándo el magisterio dejó de lado su noble causa, para convertirse en un grupo de choque político.

Cuándo el profesor dejó de ser la inmaculada figura de respeto, sabiduría y entrega -inmortalizada en el arte- para volverse “anárquico”, batallador y perseguidor de intereses aristocráticos.

Cuándo, cuándo maldita sea, el hambre de más conquistó al “PROFE” - al que Mario Moreno dio vida-, y se olvidó de la escasez del personal docente para el campo, la pobreza y la falta de educación escolar.

Cuándo -hasta qué punto- los maestros se olvidaron de los niños: de las risas angelicales, de la admiración en los ojos, de las espaldas manchadas de gis o de la orejas de burro -incluso, de buen jalón de patillas.

Cuándo -en qué momento- Simitrio llegó a ser una broma de mal gusto y no la prueba fehaciente del amor a la enseñanza... Hasta cuándo vuelvo a no verte?

Cuándo -por qué- Lucio Cabañas y Genaro Vázquez pasaron a ser en los libros de historia -ojalá fuera sólo un simple error ortográfico- revolucionarios y no simplemente locos soñadores.

Cuándo, cómo, dónde, por qué, respondan por favor “tatatatatatatataaaaaa”...

Pulcritud bañada de mierda: voces -antes poéticas- aúllan, gritan, ensordecen con el caos, claxon, claxon, freno, freno, las botas de la justicia marchan, los gritos no se detienen, es la guerra...

Cabezas chocando contra escudos, piedras estallando las cabezas, las aulas siguen vacías, las calles llenas, “Huevones, Indios trabajen”, “No habrá tolerancia”, “Educación primero, para el hijo del obrero. Educación después para el hijo del burgués”...

Los autos gruñen, las pancartas avanzan, muro en todos lados y para todos, las pisadas se duplican, carne, fierros, plásticos se arremolinan... lamentos y reclamos se fusionan al unísono de gritos de niños en la lucha también peleando, “No tengo clases”, “Mis maestros son huevones”; “Compañeros no caigan en provocaciones“,“tatatatatatatataaaaaa”...

Cuándo... quizás todo cambio cuando -cuándo que no nos dimos cuenta- los niños partieron de las aulas, cuando “la Maestra” llego a las revistas de sociales o de política, en vez de las líneas en los libros. Cuando Chabelo y el Chavo del ocho crecieron en nuestras mentes para dar vida a Xavier López y Bolaños.

Cuando el gobierno dijo la educación debe ser de calidad y gravó las colegiaturas con impuestos. Cuando, la evaluaciones no se contemplaron para alumnos solamente -instrumento para controlar la grilla- condicionando el bocado.

Cuando la academia mexicana mal entendió a Freire: ¿la pedagogía del oprimido no implica machetes, verdad Paulo? Ni tampoco lo holístico (Morin) o el aprendizaje significativo es prender el televisor, papás.

Cuándo, por favor, políticos, profesores, policías -pero sobre todos niños- digan cuándo. Se los pido, lo exijo...regresen a nuestros maestros. Los perdí y no sé.

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