martes, 3 de septiembre de 2013

No es lo mismo periodista fotógrafo independiente que delincuente

Por: B. Varglez.

Uno siempre ve de fuera los hechos que pasan, no los siente suyos, ni los cree posibles en el entorno, hasta que nos estrellamos con un cristal que nos deja ver que lo que observamos en el exterior puede pasarle a alguien cercano y que es de nuestra estima.

Estoy a favor de las marchas y la libre manifestación, todos tenemos el derecho a expresar lo que nos inconforma, además las vemos a diario; es más, ya hasta estamos acostumbrándonos, aunque debo reconocer que a veces sí me dan ganas de mentárselas a últimas fechas a los manifestantes, sobre todo cuando el Metro sufre retrasos porque se bloqueó alguna estación. Pero en fin, esto no es lo que hoy me atañe, y lo sé, debo tener tolerancia.

Cuando les decía que la realidad se nos estrella en la cara y nos hace ver que las desgracias no sólo le pasan a los demás, a aquéllos que andan de revoltosos, de grilleros, de “violentos” -como muchos los catalogan-, es porque puede ser que le ocurra a un amigo cercano, como le ocurrió el pasado domingo a mi amigo Alejandro Amado Frausto, un joven que fue detenido arbitrariamente. ¿Su pecado? Traer consigo una cámara, un elemento peligroso si lo vemos desde varias aristas.

Peligroso para aquellos que no quieren que se retrate la realidad de los actos abusivos que cometen nuestras autoridades en muchos de los casos hacia personas que sólo van a expresarse pacíficamente a las marchas y manifestaciones, porque los verdaderos “anarquistas”, por llamarlos de algún modo, (etiquetas sólo para la ropa), infiltrados, diría yo, para armar los grupos de choque, esos, esos andan libremente por las calles; los encapuchados, los que sí van a hacer desmadres, simplemente se quitan la capucha y caminan sin ningún pesar.

Pero los que dan la cara, los que están haciendo una labor al documentar con imágenes lo que pasa, esos son perseguidos hasta las instalaciones del Metro por los granaderos, como le ocurrió a mi estimado amigo Alejandro, quien fue sacado con violencia de este transporte, subido a una de las famosas "perreras” y llevado al Ministerio Público de Magdalena Contreras, cuando fue Portales la zona de su detención; otros fueron llevados incluso a Tláhuac.

¿La razón? Tal vez para que al momento de buscarlos fuera más difícil dar con ellos, contraponerlos en las declaraciones, que sé yo. Así actúa la autoridad en nuestro país.

De Alejandro Amado Frausto sólo puedo decir que tengo casi dos años de conocerlo, es un joven estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, un muchacho trabajador, originario de Michoacán, de 27 años de edad; fotógrafo independiente, tallerista infantil y que trabajó recientemente en monitoreo de medios, además de amigo de chelas, porque, claro, el estudio y el trabajo no están peleados con la distracción esporádica.

Pero por ello, así como nos hemos acompañado en los momentos de echar la chorcha, pues también en los momentos en que nos necesitaba, si no se podía hacer nada inmediato, por lo menos que su historia se conociera, defender ese Alejandro que conocemos, "que sabemos que no es un delincuente, que es un fotógrafo independiente", frases que terminan igual pero que no significan lo mismo.

Hoy este amigo ya está en libertad, pero esto aún no termina, su proceso sigue. No queda más que seguir documentando que su detención fue un fantasma para que los polis tuvieran pretexto de llevar a alguien detenido y echarle un sinnúmero de delitos, además de quererles "sembrar" para justificar de nueva cuenta la detención.

Su familia pagó la fianza impuesta, nueve mil pesos. Es de risa loca tener que pagar una lana para poder obtener tu libertad aunque no hayas hecho nada, tener que verse presionado a sacar el dinero de donde fuera. Pero a la vez es un orgullo saber que Alejandro no está solo y que se le quiere y defiende, que se le apoya.

Es muy emotivo ver cómo en Morelia y aquí en el DF sus amigos y familiares buscan seguir dándole el apoyo no sólo porque sí, sino porque toda la gente que lo conocemos sabemos quién es y eso cuenta más que mil declaraciones y opiniones de los que no tienen idea de su vida.


Sólo resta decir que pues estamos viviendo el regreso del PRI, la pasividad de Miguel Ángel Mancera al servicio de su jefe, porque obviamente la policía del DF, como la federal, actualmente sirven al mismo amo. No queda más que cuidarse al asistir a una marcha, manifestación o mitin, no dejar de denunciar con la palabra o la imagen, eso jamás, pero también hay que cuidar la integridad física, porque la vida no retoña.   

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