lunes, 16 de septiembre de 2013

De qué se ríen

Por: Gustavo Y.

Qué te sorprende, pequeñita. ¿La gente que está gritando como loca? ¿Un pueblo hundido? Esa es mi duda.

Tu hermana que está al lado ya no se sorprende. Voltea y mírale la cara. Está asqueada de la prole que apoya y repudia a tu padre. Porque a favor o en contra, no importa, todos somos prole.

Tu hermano ni se inmuta. Él mira para otro lado. Serio, sin ningún interés por lo que lo rodea. Total, él está ahí y los demás, y los demás no importan. A tus padres ni los mencionamos, por eso del respeto al presidente y a la Dama de Compañía, perdón, la Primera Dama.

Lo más sorprendente es la risa de tus otras dos hermanas. Seré curioso, pequeña, ¿De qué se ríen? ¿De qué se ríen?, diría un grande poeta. ¿De nuestras penas, de nuestra ignorancia, de nuestra necesidad? Estos no son, para muchos de nosotros, tiempos de risa. El hambre, los golpes, el desempleo y la desesperanza no son motivo de risa. Pero me dirás que es una fiesta, que debemos de enorgullecernos por nuestra independencia, sin embargo, no es así. Acá y en muchos lados de nuestro país no hay risas, pequeña.

Tú nos miras desde arriba, nosotros desde abajo. Pero no hay mucha diferencia porque también nosotros los observamos recargando el rostro en la mano, esperando y creando tiempos mejores, donde los tuyos como los nuestros podamos reírnos al unísono por una verdadera alegría compartida.

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