martes, 14 de mayo de 2013

No existe gozo sin pensar


Por: B. Varglez. 

Hoy hablaré de ese sentimiento cada vez más en riesgo de extinción: el amor. Sí, sí, ya sé, a muchos les da pereza el tema, otros creerán que es cosa de mujeres; otros dirán que no creen en el amor, unos más que es una mamada hablar de eso y otros cuantos dirán que si no tengo nada mejor que decir.

Pero la neta me tiene asombrada cómo el común denominador de los seres humanos somos una mierda (y que conste que me incluyo), no tenemos delicadeza, ni tacto con otro cuando se trata de satisfacer a nuestro corazón, nos volvemos egoístas, calculadores y nos vale madre lo que los demás digan, piensen o sientan.

El hambre, la pobreza, los impuestos, el sueldo mal pagado, el final de la “taranovela”, Enrique Peña Nieto en el poder y el mismísimo fin del mundo, vienen valiendo madres y pasan a segundo término cuando se hiere a un corazón; se siente que se acaba la vida, que no se podrá uno volver a levantar, que la vida sin ese ser vale una patada de araña.

Se pierde tiempo y espacio, se añoran las cosas que hacía y hasta un pinche tazo, una envoltura de chicle, una película, un libro o un chiste mal contado te recuerdan a ese humano con el que compartiste un beso, una caricia, un sueño.

Bien lo dice Paulo Coelho “No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas”. Claro que como dice una amiga “el sufrimiento es opcional”.

Lamentablemente siempre nos tiramos al drama, tal vez por miedo a la soledad, a no encontrar a alguien más, por lo que gusten y manden, pero estoy en la seguridad de que a todos nos ha pasado, de jodido una vez, sentir que el hígado se nos hace nudo cuando vemos a la persona que tanto quisimos en brazos o compañía de otro; ver cómo las atenciones, los saludos, el ronde amoroso en general son para otros y no para uno, pero el que goza de esa felicidad parece no darse o no querer darse cuenta del sufrimiento que provoca.

Yo por eso les aconsejo: “Mamacita, papacito, pero fulano o fulana están felices, yo no los veo llorando, por qué no te secas el moco y las lágrimas y sales a echarte una chela”.

Porque encima de todo se teme a que el que nos dejó nos vea felices y entonces se sienta traicionado y ya no regrese a nosotros. Por favor, si nos dejó, nos dejó y nada lo hará o la hará regresar, a menos que le guste el jueguito idiota de que se sabe seguro de un cariño que puede tomar y dejar, cada que se le da su gana (lo cual sucede con mayor frecuencia).

Hay mucho maltratador porque hay mucho menso y mensa.

Tienen pareja y siguen jorobando a quienes se traen arrastrando la cobija, claro, sin que el cariño nuevo sepa que aún da migajas al amor viejo.

Y ahora que si a todo lo anterior le sumamos que el pop, las telenovelas, los peluches y el 14 de febrero colaboran a que nos tiremos tanto a la tristeza…

Y sin bromear, el amor tóxico nos lleva a la destrucción, muchas veces un amor enfermo asfixia, mata y no permite que se encuentre algo que valga realmente la pena. Hay que saber aceptar cuando alguien no es para ti y dejarlo volar, sobre todo si ese amor era más martirio que gozo.

En ocasiones se debe agradecer que alguien tóxico nos deje, y como dice la canción: “Mi mayor venganza es que te quedes con él”. La neta sí, hay personitas que no saben qué joyas se llevan.

Tan bonita y sencilla que sería la vida si fuéramos honestos y dijéramos A ver tú, me gustas para la cama, tú para mi novia o novio santo, tú para mi amiga o amigo cariñoso y tú para jugar al yoyo”. Ya entonces al que se lo ofrezcan sabrá si lo toma como viene, pero eso sí, si se toma como lo ofrecen no se vale llorar, ni hacer berrinche, corajes y menos tirarse a la tragedia porque de antemano nos están diciendo cómo está el pedo.

Lo que no se vale es ser revanchista y sólo querer que las cosas sean a modo y voluntad nuestra porque no nos fijamos en la gente que vamos dejando, gente que se siente derrotada, que es tan vulnerable, que veía por los ojos del otro, que siente que sin esa persona ya no pertenece a un lugar. Es más juicioso especificar las reglas del juego. El riesgo es que no existe gozo sin pesar.

Este mundo es una revoltura. “El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar”.

Lo que es inevitable es amar. Lo podemos hacer callados, exponerlo, pero el amor y el dinero es algo que no podemos ocultar, se ven, se palpan, sucede y ya. Para ahorrarse amargos sabores de boca dejen ir lo que ya no quieran para que sean felices con lo nuevo que les espera, porque en esta vida todo se regresa y luego la vida da cada cachetadón que puede que si desprecias y te portas culero, te lo cobre el destino con quien de verdad quieres estar.

1 comentarios:

Buenas ideas Blank! Y como el amor no es sin inconvenientes o perfecto, debemos estar conscientes de esos imperfectos y ser honestos con nosotros mismos para decidir si los aceptamos o si sabremos lidiar con ellos o no, y en dado que sí estemos dispuestos, ser lo suficientemente responsables de nuestras decisiones.

Y si de todos modos la cagamos, bueno, ser honestos y justos, detectar nuestras fallas, sus fallas, encontrar la forma de no volverlas a cometer, perdonarnos, perdonar al otro, dejarlo ir si es el caso, aprehender la elección e intentarlo una y otra y otra y otra y otra y otra vez, xq solamente así seremos más fuertes y colmilludos.

En fin, me gusto, gracias Blank! :)

En fin, me gusto, gracias Blank!