martes, 29 de enero de 2013

Danzón


por: Jezreel Ortega

Mírate, mujer, ahí sentada al otro lado del salón de baile: El cadencioso sabor del ron entre mis labios, el olor de los habanos flotando en volutas por todo el lugar, la música lenta e  hipnotizadora, un danzón que incita a las experiencias carnales más sórdidas y sensuales.

Todo eso me rodea y sin embargo tú... allí al otro lado del salón mandándole dos besos al cubo de hielo que se desliza en el cristal de tus medias de seda. El rosa de tus labios combina bien con tu veneno.

Me descubre tu mirada... mi cabello rizado, descompuesto, se esconde bajo el sombrero. "Estoy pensando en ti" dice el coro que se mete entre tus oídos y mis pupilas.

Un guiño, una sonrisa... el reloj dentro de la bolsa de mi saco parece ralentizarse ante ésa, tu primera llamada. Mi corazón de bolsillo dentro de mi traje parece pausarse ante cada pestañeo, tus mejillas se llenan de sangre al igual que la danza que lleva mi respiración y mi transpiración.

Una sonrisa más. Debería levantarme, tomarte del brazo, irnos al hotel más cercano y embriagarte con saliva, torturarte con caricias. Después dejaría caer al lado de tu cabeza, sobre la almohada, mi más sincero "te amo", así mis palabras pesarían tanto sobre tu cuerpo y oprimirían tanto tu pecho que evitarían que te levantaras de la cama al día siguiente.

Ajusto mi pantalón, reacomodo mi sombrero. Estoy decidido a ir hasta ti y preguntarte tu nombre… Mis pasos se vuelven luz con cada golpeteo de mi tacón lustrado, hasta reflejarme en él mientras se arrastra por el suelo.

Pienso, deseo,  sueño… tu boca, tus manos, tu nombre,  tu "sí".

Al borde del abismo, a tres pasos de tu silla, estoy al borde... y un cuervo asqueroso  aparecido de la nada, se postra sobre tu hombro y recita románticamente  “vámonos cariño”.

Yo me detengo pero es demasiado tarde para frenarme, tú lo besas y yo reboto entre las rocas y el perfume de gardenias que retumba al fondo.

Estoy herido… tal vez debería regresar a mi asiento junto a la barra y seguir besando la botella.