lunes, 10 de diciembre de 2012

Trabajo es trabajo


-Hola, ¿tienes mucho aquí?
-No, lo suficiente y no más, tratándose de ti.
-Gracias, es que el trabajo tomó más tiempo de lo esperado.
-¿Y todo bien?
-Bastante, no es la primera vez que lo hago, pero la mirada de esa señora, es como si la conociera de antes… que pues algo me incomoda. ¿Podemos irnos de este lugar… o caminar?
-Ok, caminemos, así me cuentas más de tu chamba hoy.
- Sabes, me gusta mucho escuchar tus historias del trabajo, sé que puede parecer enfermo pero me gusta mucho.
-No creo que sea algo enfermo, más bien creo que es normal.
-Lo que sea, pero escucharlo, con tanto detalle, como sueles contarlo, me despierta una serie de sensaciones vagas en el cuerpo…
-Calma, que pareces estar excitado, y no creo que sea el caso.
-¡Uy, mujer!, no sabes lo que dices.
-¿Qué?, ¿te resulta excitante?
-Pues…
-¿Pues?
-Nada, nada. Dame la maleta, yo la cargo.
-Está bastante pesada hoy.
-Sí, he sentido el peso de tus actos ya. Y dime, tu cliente: ¿hombre o mujer?
-¿Cliente? Eso sonó como de a prosti, idiota.
-Bueno, era un decir, pues, cuéntame, anda.
-Está bien, pero sentémonos a fumar.
-Mira, guardé justo dos cigarrillos para después de tus quehaceres. Siempre me ha resultado placentero fumar a tu lado, más en situaciones como ésta.
-¿Y qué tiene de especial ésta?
-Pues que hace ya un par de meses que no nos veíamos, que no sabía si seguías en las mismas que cuando decidí ausentarme un poco, y pues hoy he decidido presentarte a alguien.
-¿De  verdad?, ¿y se puede saber a quién?
-No, es una sorpresa.
-¡Ah!, con lo que me encantan las sorpresas… da igual, no creo que me cause emoción enterarme ahora o después. Y bien, ¿cómo estuvo tu viaje?
-No, cuéntame de tu trabajo.
-No, dime tú primero.
-Nunca vas a dejar de ser tan necia.
-Ni tú tan irremediablemente inocente y manejable. ¿Y bien?
-Pues como todos los viajes… ratos buenos, malos, aburridos…
-Y mujeres, ¿conociste a muchas?
-Mujer, eso no debería interesarte, debería incomodarte.
-Claro que no. Siempre hemos sido claros en nuestras relaciones sin fines de lucro. Así es esto, ambos salimos beneficiados y pues nadie lastimado; así fue y será siempre. Anda dime, ¿cogiste con muchas?
-Mujer, mujer, eres tan…
-¿Fácil? No lo creo, te llevó más tiempo tenerme un tu cama.
-No, abierta o liberal.
-Pues si no lo fuera estaría aferrada ti, a tus besos, a tu manera de excitarme, de tocarme, el cómo tienes sexo conmigo y sólo conmigo, porque sé que a nadie más has de hacerle esas cosas que tan bien te salen conmigo.
-Ja, no sé si reírme o llorar, pues en más de una cosa tienes razón.
-Claro, estamos juntos cuando queremos  y hacemos lo que nos place. Y aunque siempre supe que contigo tendría cosas que con ningún otro cabrón, creo que amo más mi trabajo; y como toda ocupación, tiene riesgos, a los que no estoy dispuesta a arrástrate.
-Mira, si sí tienes corazón.
-Pues claro que sí, torpe, si no tuviera corazón no aceptaría seguirte viendo después de todo.
-¿Y cuándo trabajas no te remuerde la conciencia?
-Que no, chingao, trabajo es trabajo y ya. Es como cuando tú vas y criticas una película de un güey; si se pone a llorar te vale madre, pues es tu trabajo, ¿no?
-Jajaja, había olvidado lo insensible que eres en tu horario laboral.
-Jajaja, idiota. ¿Y qué más hiciste allá?
-Pues criticar dos que tres cosas, para eso me pagan. Y pues sí, también conocí dos tres pompis fáciles de tener y difíciles de olvidar.
-Tsss te enamoraste.
-No, eso ya no es para mí. Pero basta, ahora te toca.
-¿Quién?
-Tarada, te toca contarme de tu chamba de hoy.
-Pues una señora, como de unos cuarenta, cuarenta y cinco  años.
-¿Era guapa, de buen ver?, ¿sí te la dabas?
-Pinche enfermo, jajaja pues chance… igual no le decía que no.
-¿Aún puedo verla? Debes tener fotos, ¿no?
-Sí, pero debemos deshacernos de la maleta, pues nos va a estorbar para la otra parte del plan.
-Mujer cuéntame más, empiezo a excitarme con sólo imaginar lo que estas manos hicieron y cómo actuaron.
-Y espera a ver su rostro, bueno lo que quedó de él. Están en la bolsa de enfrente de la maleta.
-¿Son éstas?
-Sí.
-No se le ve bien la cara, de hecho no se distingue.
-Mira ésta, es mi preferida…
-¿Por?
-Por el collar que tiene colgando la bruja.
-Oye, ese collar…
-¿Qué tiene?
-Ese collar es muy parecido al de… ¿recuerdas que te dije que te iba a presentar a alguien?
-Sí.
-Pues hoy vi a mi madre por la mañana, tenía un collar igual… ¿Mataste a mi madre?
-Oye, oye, oye, yo no sabía, una chica y su esposo se enteraron de mis servicios, me contrataron, acordamos la cantidad y ya. Anticipo, muerte, resto del dinero y nunca nos volvemos a ver. Más de una vez has estado enterado de cómo funciona esto. 
-Sí, pero era mi madre, no como cualquier otro güey o vieja que hayas matado antes.
-¿Y yo qué iba a saber? Si te sirve de consuelo pues viene parte de tú mamá en la maleta…
-No, tus historias siempre me han gustado, pero tratándose del cadáver de mi madre, creo que me siento realmente excitado.
-¿Qué no deberías estar molesto como al principio?
-No, mujer. Olvidemos aquí el cuerpo, nadie va a reclamarlo, no en los siguientes días. Vamos ahora a buscar un cuarto de hotel o un lugar en donde podamos coger, mira qué excitado me ha puesto tu trabajo de hoy. Mientras hago lo mío quiero los detalles  sobre su muerte.
-Insisto, no sé quién está más enfermo, si tú o yo, pero vamos, que mientras tu madre esté tibia aún, nosotros estaremos bien.
¿Ves? Siempre te lo dije, y no me equivocaba, trabajo es trabajo, hoy es tu madre, mañana la de alguien más. Pero que no se te pinche olvide: con quien me inicié en esta profesión  fue con mis propios padres.

1 comentarios:

muy bueno!!!!! yea!!!!!!! ajajjajajajaja zas ke buena chamba!!! ajajajaj