Por: Alejandro Badillo
La Comarca Lagunera se
localiza al norte-centro de México, entre el suroeste de Coahuila y el noroeste
de Durango. Está conformada por diez municipios, cinco por cada Estado, el más
importante de ellos es Torreón, secundado por Gómez Palacios y Ciudad Lerdo. Su
estratégica posición la convirtió en un punto idóneo para el comercio. Ahí surgieron
empresas reconocidas en todo el país y en el mundo, pero también en este lugar nació
un género musical que está a punto de desaparecer: el canto cardenche.
El país cuenta con una
gran lista de géneros musicales, unos son mundialmente reconocidos como el
mariachi de Jalisco o el son jarocho y otros han ido desapareciendo por
diferentes causas.
Los horizontes son chiquitos y parejitos al caminar, andan en busca de una paloma que se ha salido del palomar.
El canto cardenche es
un género que nació a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. Su
origen es incierto porque desde el principio mostró un bajo perfil. Este canto
era interpretado principalmente por campesinos al finalizar su labor. Los campos
de algodón, las herramientas y los problemas sociales pasaban a segundo plano cuando
los trabajadores, agotados y adoloridos, regresaban a su casa para reunirse y con
una botella de sotol interpretar tristes, amorosas y desgarradoras melodías.
La característica
principal del cardenche es que se canta a capella. Tres voces son el
instrumento primordial, aunque en ocasiones se canta a cinco. La primera o
fundamental es la encargada de la conducción del canto; la segunda o contra
alta y la tercera o baja es también llamada marrana, nombre dado a causa de su
registro, el cual es muy bajo que se asemeja al gruñido de dicho animal.
Pero trigueñita, nomás que me acuerdo lloro, ¿Quién tiene la culpa? usted que me abandonó.
Una característica del
canto cardenche era que surgía espontáneamente del líder del grupo, el cual
invitaba a sus compañeros por medio de ademanes a que lo acompañaran, también
cabe destacar que no hay tiempos ni cuadraturas precisas. Es una melodía
totalmente fraternal, reunía a los trabajadores, los cuales se abrazaban para
cantarlo y aunque en la actualidad ya no lo hagan, siempre se les podrá
observar uno a lado del otro.
Lo más curioso del
canto cardenche son los ‘largos’ silencios que se hacen, los cuales no aparecen
al final de una frase melódica o copla como comúnmente ocurre con otros géneros,
sino que interrumpen la melodía ya sea porque algunas veces los cantores toman
un poco de sotol o porque antiguamente justo al momento de la interpretación se
daba un mensaje o anuncio para los lugareños.
El nombre de canto cardenche es tomado por una
cactácea cubierta con una gran cantidad de espinas y según los agricultores de
la región no existe mayor dolor que ser víctima de éstas porque las espinas no
sólo duelen al encajarse, sino que es aun más doloroso el sacarlas ya que sus
dientes afilados desgarran la piel.
Por las mujeres se componen canciones,ellas son causa de que el mundo no ande en paz.
El género musical toma
esta imagen de sufrimiento para reproducirla por medio del canto. El sentimiento
de tristeza, ya sea por el amor no correspondido, por la vida que les tocó o
por la nostalgia de la tierra abandonada por ir en busca del pan, es expresado
con voces a gran volumen, con cierto grado de desafinación, la cual le imprime
la sensación de sufrimiento y congoja.
Los cardencheros no
sólo entonan canciones propias del género sino que han llegado a acardenchar corridos o versos de
pastorelas dejando su huella musical de la tradición de sus antepasados.
Cabe destacar que el
Instituto Nacional de Antropología e Historia en su proyecto Testimonio Musical
de México hizo compilaciones de diferentes géneros musicales mexicanos y
precisamente el número 22, de un total de 40 títulos, se lo dedicó al canto
cardenche.
Casi siempre estos
géneros poco reconocidos en el país son tomados como insignias para fomentar el
turismo y mostrarlos como símbolos de nuestra identidad nacional, pero algunas
veces es necesario tan sólo conocerlos, escucharlos por un momento para
disfrutarlos.
Una
historia, una canción o una pintura, se quedan en el pasado y por más que los hombres
se esfuercen por mantenerlas vivas, tarde o temprano pueden extinguirse, por ello es menester disfrutar con la
finalidad de tener un recuerdo propio, el cual dure aunque sea el resto de
una vida.
Habrá muchas personas
que desprecien el canto cardenche y otras tantas que lo amen, pero al final eso
es lo de menos porque una de las tantas funciones de la música es presentar un
instante de belleza en este mundo musical que día con día se va perdiendo en
ritmos monótonos y letras sin sentido. Conocer y rescatar otros géneros ayudará
a empaparse el cuerpo de tonos diferentes y así ir enriqueciendo la banda
sonora de nuestra vida.
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