viernes, 13 de abril de 2012

Los incómodos y los incomodados


por P.I.G.

¿Qué tanto puede la acción de un niño indignar o incomodar a un adulto? Hace unos días quedó de manifiesto que toda una clase política se indignó de tal forma por un video en el que se muestran las debilidades más perceptibles de nuestra sociedad mexicana. El video, hasta el día de ayer, contaba con diez millones de reproducciones y vistas, y el número va en aumento conforme pasan los minutos.

“¡Si éste es el futuro que me espera, no lo quiero!”, reza con soberbia la frase que resume el mensaje que han intentado enviar los señores de Grupo Nacional Provincial, organismo empresarial que se ha adjudicado la realización de este trabajo.

Hasta ahí todo va bien, se trata de una iniciativa que además es innovadora y directa; no intenta servir como herramienta proselitista para ninguno de los aspirantes a la máxima nomenclatura nacional (muy a pesar de la emulación del célebre “Señor de las ligas”), e incluso podríamos considerar (a nuestro muy particular punto de vista) que estamos frente a un fenómeno que, por las buenas o por las malas, podría sentar un antecedente.

Pero ¡oh maldita sea! Que nuestros políticos, objetivos, razonables e inteligentes, han puesto el grito en el cielo porque el video de Nuestro México del Futuro, dicen, es agitador y trastorna la realidad de nuestro país.

El día de ayer, en el palacio legislativo de San Lázaro, el video fue tema de discusión, pero, contrario a lo que podría pensarse, la discusión se centró no tanto en el contenido del mismo, como en el hecho de que se permitiera la participación de niños y niñas en éste, y encima de ello se otorgara plena libertad para difundirlo en redes sociales y algunos medios electrónicos de comunicación.

Los primeros en lanzar la piedra y esconder la mano fueron los diputados del PT, Mario Di Costanzo, y del PRI, Miguel Ángel García Granados, quienes, en su afán de presentarse ante la opinión pública como los representantes de la verdad y la justicia, repudiaron el contenido del video y exigieron su retiro del aire el promocional.

A estos políticos de medio tiempo se sumaron Teresa Guadalupe Reyes Sahagún, también diputada del PT, y Luis Antonio Martínez, también diputado del PRI. Hubo quien pidió a Gobernación su intervención para vetar el anuncio. Sólo eso faltaba, pedir a Gobernación que regule contenidos en Interne, algo completamente absurdo.

No obstante con exponer su rechazo absoluto al video, los legisladores se dieron a la tarea de enviar una carta a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para hacer expreso su rechazo a esta clase de prácticas “deleznables” (único adjetivo que utilizaron -porque quizá no encontraron otro- en infinidad de ocasiones).

Los temas medulares en la Cámara baja se dejaron de lado; la indignación llegó a tal punto que Miguel Ángel García Granados pidió ser entrevistado por Denise Maerker para advertir a la sociedad sobre el peligro que puede representar la difusión de este video.

Los argumentos durante la entrevista, nutridos de profundo razonamiento y bases ideológicas sólidas, se centraron en lo mismo: es “deleznable” utilizar a menores de edad para efecto de que estén haciendo un cortometraje de este tipo.

La pregunta viene por sí sola: ¿es pecado utilizar a niños, o es pecado que estos niños, a través de un video de la iniciativa privada, señalen y acentúen los errores de la sociedad, errores que, entre otras razones, son resultado de la nefasta actuación de los representantes populares como el señor Di Costanzo o el señor García Granados?

¿Por qué todos se centraron en “Los Niños” y nunca en el contenido del video de Nuestro México del Futuro? Simple, si se pone el dedo en la llaga lo menos que se puede hacer es desviar la atención y darle prioridad a un asunto (éste menos importante) que sirva de distractor, mientras que se le permite al político la oportunidad de huir por la tangente y salir bien librado de la situación.

La cosa no paró ahí, García Granados continuó esgrimiendo una serie de comentarios que lo único que demostraban era su inseguridad sobre sus propios argumentos. “No es con la estridencia ni con el amarillismo como vamos a resolver los problemas del país”.

Tal vez no lo sepa, pero sus compañeros de bancada y en general los legisladores de este país y ya no decir todos quienes conforman la vida política nacional, constantemente hacen uso de la estridencia y el amarillismo para tratar de resolver los problemas. ¿O la toma de tribuna no es estridencia; los dimes y diretes, las acusaciones, las burlas o los comentarios despectivos no son estridencia y por tanto amarillismo?

El hecho es que este video, apegándonos al análisis del diputado priista, va a dejar en los niños un esquema de estigmatización, ¿por qué? No supo responder, encima señaló que el haber actuado en el cortometraje afectaría en un futuro el crecimiento de quienes participaron en él, ¿por qué? Nuevamente, como todo buen priista, no supo responder.

“Actuar en cosas que no les ha tocado vivir es grave”. ¿Quién dice que no les ha tocado vivir a los niños esta cruda realidad del México de hoy? Tal vez a los niños del spot no, y seguramente a los hijos del diputado tampoco, toda vez que gozan de la seguridad personal que un contrato millonario les puede ofrecer, pero ¿y los miles de niños que han sufrido la pérdida de un ser querido ora por la corrupción, ora por la violencia, ora por el secuestro o los delitos de alto impacto?

 Y no nada más aquellos que han quedado huérfanos, ¿a caso los menores enrolados en las filas de la delincuencia organizada, sólo por el hecho de pertenecer al bando equivocado, carecen de voz y voto?
Nuestro México del Futuro puede que haya representado la visión empresarial de la realidad mexicana, una realidad que, lamentablemente, no dista de la “realidad verdadera” que palpita y se huele y se escucha y se traga y se siente en las calles.

Entonces no entiendo el por qué de la incomodidad de los señores legisladores que condenan el video porque se trata de un mal ejemplo para los niños, cuando ellos mismos encarnan lo que en efecto no debería hacerse: robar, mentir, traficar, insultar, denostar, cobrar por no trabajar, en fin, echar por la borda todos aquellos valores a los que se deben como máximos servidores públicos.

Lo que dice el video es que en México hay corrupción y hay corrupción; lo que dice el video es que en México secuestran y en verdad secuestran; lo que dice el video es que en México hay balaceras, tráfico de indocumentados, narcomenudeo, políticos rastreros, manifestaciones, y es que todo eso forma parte de nuestro México.

Parafraseando a Denise Maerker: “México no es sólo eso, pero también es eso”.

El asunto aquí es que la clase política mexicana, que tanto defiende la libertad de expresión, ahora se ha visto superada por un grupo de empresarios que, tras una idea innovadora y brillante (todo hay que decirlo), han recalcado lo que más le duele al diputado-senador-asambleísta de cualquier partido: la realidad del país.

La solución no es la estridencia, claro que no, pero tampoco es la censura, y anclarse en el vago argumento de que son niños y que por ello el video carece de sentido, no es sino una clara expresión de reprensión y reprimenda. Si a esas vamos, entonces a prohibir los comerciales de pañales donde se echa mano de bebés para que actúen, éstos sí, en contra de su propia voluntad

O que se prohíba la aparición de niños en telenovelas, en películas, en series, en programas de revista o, por qué no, en los spots de los presidenciables donde continuamente el candidato aparece saludando a los infantes, que, además de todo, son actores, como actores son los del video de Nuestro México del Futuro. Tan es así que cobraron por ello.

El ahora famoso video de GNP ha causado revuelo y polémica, pero a final de cuentas ha cumplido con el objetivo planteado desde un inicio: causar revuelo y polémica, lo cual es medianamente aceptable. Pero de eso a que los cuatro contendientes a la Presidencia tomen en cuenta el video hay una gran diferencia.

Y la razón es sencilla: un video no va a cambiar la realidad del país, no va a virar el rumbo de las campañas presidenciales, ni va a hacer de los nuestros mejores políticos. A final de cuentas no es algo que no se haya dicho antes, tal vez lo nuevo sea el formato y la manera de decirlo y en ese punto debe recaer el análisis.

De todo esto debemos rescatar que si los niños fueron capaces de hacerlo, nosotros, la que se supone es la juventud inconforme, también lo podemos hacer.

A ellos les incómodo el video, ¿a ti no?

Aprovecho la oportunidad para expresar una particular felicitación a la maestra regiomontana Martha Ivette Rivera Alanís, quien en los próximos días recibirá un reconocimiento por parte del Banco Interamericano de Desarrollo y la Fundación ALAS. No hizo mucho la verdad, sólo hizo lo que tenía que hacer: su trabajo, algo que los integrantes del SNTE y su disidencia han desquiciado por mucho tiempo.

1 comentarios:

A los legisladores les incomodo porque ellos forman parte de toda esa mierda, se sintieron como en la loteria; el ojete, el corrupto, el huevòn, el narco,loteria!! pasaron lista con su obviedad y su falsa, màs que falsa doble moral de una clase política que no se puede tomar en serio porque ella misma no se toma en serio, triste pero real el México del futuro para nuestros niños del futuro es esa peste y más